Los monjes y muchas otras personas cuando realmente quieren
evolucionar espiritualmente se convierten en ermitaños, porque es la única
forma de estar alineados y enfocados con la perfección de Dios a cada instante
de nuestra corriente de vidas. Ahora bien, todos los humanos no nos podemos ir
a un templo o ir a encerrarnos en una cueva en las montañas para lograr nuestra
Evolución Espiritual. Por lo tanto debemos convertirnos en lo que llamamos, los
Ermitaños Urbanos. ¿Cómo se logra esto?
Le pedimos a nuestra Presencia Superior
"Yo Soy" que nos enfoque en las cosas que realmente son importantes
en nuestras vidas para poder evolucionar espiritualmente y de seguro nos vamos
a encontrar haciendo un análisis de todas nuestras actividades, actitudes y creencias.
Tienes que mirarte desde afuera como si no estuvieras involucrada en todas las
cosas que haces o eres. Mira los toros desde las gradas. De esa misma forma te
está mirando tu presencia "Yo Soy”. Cuando hagas esto, allí donde había
dos personas (personalidad y divinidad) solo va a haber una y es tu propia
Divinidad en acción.
Desde arriba revisa tus actividades extracurriculares y
elimina aquellas que no aportan nada a tu evolución. Las cosas que tienes que
hacer de todas maneras como ir al "super", al médico, al colegio de los hijos, a
los cursos que estás tomando, tu trabajo, pagar las cuentas, ir al cine, a la
playa u otras actividades de esparcimiento, utilízalas para bendecir el bien de
todos los que están en el mismo lugar que tú, bendice el núcleo del átomo de
sus corazones para que ellos brote la triada de llamas, inclusive puedes ayudar
a sanar a cualquiera que esté resfriado o que padezca de cualquier otra
enfermedad visible. Puedes ayudar a las personas que te circundan que lo necesiten
ya sea que te lo pidan o no, ayudándolas con palabras, pensamientos o con
acciones o simplemente en silencio.
Debes tomar en cuenta que cuando bendices
algo ya sea cosa, persona, situación o circunstancia debes hacerlo mencionando
el bien de dicha cosa, persona, situación o circunstancia. Mantente alerta
constantemente y cuando se te presente alguna circunstancia o situación ya sea
de inarmonía o de alegría pregúntate como actuaría la parte perfecta de ti
mismo y procede a pensar, sentir y actuar de acuerdo a ella. Este es un
entrenamiento diario, constante y continuo, es lo que llamamos el ermitaño urbano.
De esta forma no te involucras emocionalmente en ninguna circunstancia, ves las
cosas desde fuera, te ubicas en un nivel de evolución superior a la mayoría de
las personas que te circundan. Es como si estuvieras viviendo en una cueva en
las montañas totalmente desligado del mundo material pero viendo por una gran
pantalla todo lo que pasa acá y tomando las acciones pertinentes para servir a
la humanidad.
Es una forma de vivir en este mundo más no pertenecer a él,
ya que son los niveles superiores de existencia a los que realmente
pertenecemos, como seres espiritualmente eternos que somos. Acuérdate que la materia es espíritu en el punto inferior de
la manifestación y espíritu es materia en su punto más elevado.
Tomado de : https://www.taller-mhega.es/oratorio/ermitanos-urbanos/